El jamón ibérico, manjar entre los manjares, es un tipo de jamón procedente del cerdo de raza ibérica.
- Para poder llamarse “jamón ibérico” debe contar como mínimo con un 50% de pureza de esta raza.
- Deben criarse en régimen extensivo de libertad en dehesas arboladas donde puedan moverse ampliamente y realizar ejercicio físico.
- Los jamones ibéricos se clasifican según la alimentación que siga el cerdo en el período de montanera y son “bellota”, “cebo de campo” y “cebo”. El de “bellota” es el jamón de mayor calidad de todos. El animal ha sido criado en la dehesa a base de pastos frescos y bellotas hasta su sacrificio. Debe tener una curación mínima de 24 meses pudiendo llegar a 48 si la pieza es grande. “Cebo de campo” se trata de los cerdos que han sido alimentados al aire libre en las dehesas, pero cuya alimentación ha consistido en cereales y leguminosas. Y “cebo” alimentado con piensos de cereales y leguminosas en un cebadero. El engorde de este tipo de cerdo al no hacer ejercicio es más rápido.
- La curación del jamón, suele extenderse entre 8 y 36 meses, necesitando más tiempo de curación cuanto mayor sea el tamaño de la pieza y mayor cantidad de bellota haya ingerido el cerdo.
- Las denominaciones de origen reconocidas por la Unión Europea del cerdo ibérico son: D.O. Jamón de Huelva, D.O. Los Pedroches, D.O. Jamón de Guijuelo y D.O. Dehesa de Extremadura.
- La pata debe ser fina y no tener pelos.
- La pezuña debe ser oscura.
- La grasa debe estar blanda. Además la grasa que te queda en la mano debe tener un tacto muy suave.
- La pata debe pesar entre 6 y 7,5 kg, como mucho.
- Al cortar el jamón debes observar unas vetas blancas de grasa producidas por las bellotas ingeridas por el cerdo.
10 cosas que debes saber sobre el jamón ibérico