Hace unos días, un cliente nos consultó sobre los diferentes tipos de azúcar y se nos ha ocurrido escribir un artículo, ya que el tema puede interesar a más gente.
Azúcar blanca o común: es el azúcar más refinado. Es el que se suele utilizar para endulzar bebidas como el café, el té o la leche y para la mayoría de las recetas de repostería y pastelería. La ventaja es que al disolverse en las masas líquidas o con ciertas grasas su granulado desaparece.
Azúcar de grano fino o azúcar extrafina: es una evolución de la anterior, se disuelve con mayor facilidad.
Azúcar moreno: tiene un grado de refinado menor que el azúcar común. Posee un color más oscuro y guarda cierto sabor a vainilla, frutos secos o regaliz. En la mayoría de las ocasiones su origen es la caña de azúcar, aunque también la hay de remolacha.
Azúcares líquidos: se obtienen al disolver el azúcar común en agua desmineralizada.
Azúcar gelificante: azúcar en polvo con un añadido de pectina, que ayuda a espesar las confituras y mermeladas, y ácido cítrico, que mejora la conservación.
Otros azúcares: azúcar perlado o bolado, azúcar en terrones, azúcar ecológica de caña integral.
Además disponemos de edulcorantes y sucedáneos, a los que ya dedicaremos otro artículo.